Creo que nunca os he contado el motivo de crearme este blog -el de verdad-.
Fue ni más ni menos, un grito de desesperación.
¿Por qué?
Porque -seamos realistas-
¿qué ocurre en el mismo instante en el que tienes a tu hij@?
que tú desapareces, es así.
Una primeriza en esos primeros días en que todo es emoción contenida, que apenas sabes qué hacer, que intentas luchar contigo misma para no sentirte mala madre, seguir los consejos de lo que has leído/escuchado en las clases pre-parto, dormir unas horas entre teta y teta... a tooodo eso se une el sentimiento de que ya no eres nadie -o eso me pasó a mi-
La gente ya no pregunta por tí -como lleva haciendo 9 meses- pregunta por el gordi que sólo duerme/come/caga, y a tí sin embargo te duele todo, te sientes mal, no duermes, tienes mil dudas, bla bla...
Quizá era la temida depresión post-parto pero oiga, es que claro, una se acostumbra a que la cuiden y la mimen, e ingenua piensa que es por ella misma, y se da de bruces con el muro de "ya paso de tí, morena".
¡Qué bonito era cuando me hacía mi marido el zumo de naranja tooodas las mañanas!
-desde el día siguiente al parto y hasta ahora ya no tiene tiempo-
Míseros detalles que oye, me hicieron pasar de la tristeza al cabreo y antes de explotar -o gastarme un pastizal en psicólogos- creé este blog.
Así que ya sabéis, si tenéis a alguien cerca que haya tenido un bebé, no os olvidéis de ellas, de las mujeres, de las madres, que ellas son las que necesitan vuestros mimos, ellas van a cuidar y dar todo a sus bebés que solo duermen, comen y cagan...pero ellas necesitan consejo, necesitan sentirse que las apreciáis, que son unas campeonas.
¡Maridos no os olvidéis de vuestras mujeres y seguid haciéndoles el zumo por las mañanas!
¡¡Porque Mami también existe!!
-léase en modo grito de guerra a lo William Wallace-